lunes, marzo 23

Radio Cabezal

He aquí que estoy de regreso.

Marzo se ha destilado y aún sigue destilándose de una manera tan lenta, que no queda más remedio que hacer el aguante y pensar que todo al final tendrá su justa recompensa (léase primer sueldo de éste Invisible).

Es así que he entrado en el sistema, creo que en cierta forma ambos quedamos muy decepcionados, espero que él no me admita más y que yo también decida flotar en mi balsita de madera hacia ultramar. Por lo pronto a seguir haciendo encuestas, sosteniendo feroces batallas con cancerberos, escalando el cerro en busca de la casita más lejana y congeniando con dueños de casa malhumorados.

Pero bueno, así nomas es la realidad y sus cosas; tendré que acostumbrarme a esta rutina porque supongo que la vida adulta debe ser de este modo. El lado positivo de este mes, es que aún visito el bosque por las noches y cada vez con menos ganas de irme de allí.

Otro punto a favor del mes es la llegada de Radiohead a Sudamérica, exactamente a Brasil, Chile y Argentina; el lado negativo es que no podré ir a verlos: las entradas muy caras, sueldo miserable y el laburo en sus días más agitados; pero envié espías a tierras gauchas, así que será casi igual que verlos (¡dios, que optimista estoy!)

Les dejo con algo que escribí ayer (hace tiempo que no lo hacía) y eso aún me hace sentir vivo.

Pd.- No hace falta explicar lo que he estado escuchando por estos días, para ponerle ese titulo ¿no?


Radio Cabezal


Creo que me he acostumbrado a saltar al vacío,

antes de dibujar una fábula de domingo por la noche.


Instantáneas de un misterio:

-Cantante andrógino, inyectándose en la sangre de un pétalo.

-Es una sonrisa, la grulla roja que brota del mar.

-Procesión de luces lilas y tú estás invisiblemente respirada entre ellas.


Si me cuelgo de la tarde, que oscurece en tu mano

es para ver el océano que cabe en tu anillo;

sostener el revólver de tu soledad,

pegarme un tiro y ser feliz.


Los ojos de un perro gotean sobre el cielo,

desmantelándolo de su pretensión