viernes, diciembre 16

Las llaves

Hace unos días perdí mis llaves. Las busqué por toda la casa, pregunté por ellas, intenté recordar la última vez que las vi; acabé buscándolas en los lugares menos pensados: el refrigerador, la cocina, el cajón de los cubiertos y el baño. Nada de nada. Las llaves se hicieron para perderse en el momento menos pensado.

El  no tenerlas en el bolsillo viene a significar, la pérdida de una de las pocas conexiones físicas  que se tiene con el hogar. Ellas y sólo ellas tienen el mecanismo necesario para que se pueda producir el retorno a casa todos los días. Al haberlas extraviado, en cierta medida me extravié por completo. Deambulé por la ciudad sin tener nada que me haga recuerdo  que pertenezco a un lugar.

Se siente extraño tocar el timbre de tu propia casa. Ahora soy un desconocido que espera impaciente a que alguien le abra la puerta, además de aceptar silenciosamente toda clase de recriminaciones por el extravío.

Ayer encontré mis llaves, se habían ocultado por debajo de la alfombra, parecían un bichito que dormía con las piernas dislocadas.

jueves, diciembre 8

She's So Heavy



Abbey Road fue el último trabajo de estudio de The Beatles.  Si se le pide a cualquier persona que mencione lo qué recuerda de aquél disco, primeramente se remontará a  la clásica portada -tan clásica que no se comentará nada de ella en este post-. Si se le consulta por las canciones que recuerda de ese álbum, la respuesta se inclinará por los dos hits archiconocidos: Come together y Something. Hasta ahí nada nuevo. Sin embargo, una de las joyitas no tan brillantes a simple vista, es aquella que se encuentra en el track número seis: I Want You (She's So Heavy)

Esta canción, con más de siete minutos de duración, es simple, o al menos lo es en su letra: Cuatro versos contundentes que sirven para que John declare su amor total a Yoko. Entonces, con esos antecedentes ¿Dónde está la chispa?


-En los coros de McCartney, la voz de  Paul  se convierte en un grito desaforado -léase aullar-  cada vez que pronuncia: "heavy"
-En  la voz de Lennon que con el transcurso de la canción se va transformando en angustia y obsesión, el amor que  siente por Yoko se ha convertido -en esta canción- en algo enfermizo con lo que ya no puede lidiar, una obsesión que no tiene salida. 
-El órgano por su parte se encarga de aportar tonos escalofriantes al final de la única estrofa, que es repetida constantemene. Un círculo vicioso. Un círculo musical. 
-A partir del minuto cinco, la canción se convierte en una  reiteración de acordes que trasluce la locura; este final sobrecogedor va progresando con sonidos cada vez más asfixiantes: todo se reúne en un ruido lúgubre y caótico que parece no terminar, pero la canción es cortada abruptamente, y en el éxtasis de su alucinación: sale el sol.

Treinta y un años sin John Lennon