Existe un bus que no tiene
paradas ni rutas pre-establecidas; generalmente hace su recorrido en las noches, aunque
esto no es una regla como tal, sino que radica en ese afán de dar mayor
dramatismo a los pasajeros que esperan ansiosamente por él.
Para abordarlo se
debe cumplir con los siguientes requisitos:
-Ser joven o por lo
menos haber esquivado con algo de suerte: trabajos de oficina, reuniones
sociales, matrimonio e hijos.
-Haberse entregado en
reiteradas ocasiones al más descarado ocio: dejar que la vida
resbale por las horas, minuto a minuto sin tener la voluntad de hacer algo
-Tener ex
amigos del colegio o de la facultad que actualmente tengan vidas prósperas
-Haber formado parte
de un triángulo amoroso no correspondido
-Volverse paranoico
con la idea de estar siendo observado o perseguido por alguien
-Haber mandado a la
mierda a todos
-Haber sido mandado a
la mierda por todos
-Tener una canción
para cada estado de ánimo
-Proferir insultos
cada 5 minutos con lo primero que encuentre a la vista
-No tener la
capacidad de hacer planes futuros
El destino del bus es incierto, lo único claro es la posibilidad que brinda al pasajero: la de convertirse en un cero absoluto, esto es, la capacidad de comenzar una nueva vida: adoptar nuevas costumbres, formas de hablar, caminar, dormir. Vacaciones permanentes de uno mismo. Porque todo lo que se odia comienza con la imagen que devuelve el espejo. Ghost World
Quien no haya cumplido esos requisitos, tal vez ni espera el bus, porque tiene miedo a elegir o peor a mirarse al espejo. Buen post! Celebro cualquier idea que tenga que ver con Ghost World.
ResponderEliminarLa chica del bosque