domingo, septiembre 10

Cementerio Club #6

Veinte mil leguas de viaje submarino y estoy de vuelta frente a mi compu con su cactus en miniatura y sus pequeñas flores de plástico coladas con carpicola. Estas son las canciones que han girado por mis audífonos en este tiempo.

El Trenzado


Tracy Chapman y su álbum debut sonando en una radiocasetera abren la puerta de este cementerio. Descubrí que oír canciones en ese formato tan de los 90's tiene su propio encanto debido al instante de dos segundos que hay entre canción y canción: ese ruido blanco que produce la cinta pasando a través del cabezal. En el caso de Tracy, ese detalle se cuela por todos los temas dándole un aire intimista al disco, como si ella estuviera a dos centímetros tuyos con su guitarra y su respiración. Lamentablemente la versión digital (la que oyes en este instante) suena muy limpia y te das cuenta que Tracy está en otra ciudad y en otro tiempo. Entiendes a martillazos que no eres parte de su instante mágico. 

Entre las ediciones aniversario que sacan las bandas de sus discos emblemáticos, el de Radiohead con Ok computer está a la altura de las expectativas. Nada de tomas alternas ni versiones en vivo, lo que hay aquí son canciones inéditas -conocidas solo por los fans acérrimos- que muestran el otro lado de aquel mítico disco. Un lado que se aleja de esa sensación de aislamiento que encierra Ok computer pero que lleva el signo de la banda bien tatuado en la frente. I promise es la canción ideal para oírla mientras se viaja de noche en el bondi justo cuando éste pasa por medio de un túnel con luces amarillas resplandecientes.

Cuando toda la ciudad está bajo el dominio del invierno polar es posible que mueras de hipotermia tan solo por ir a comprar el pan a la tienda de la esquina. Es aconsejable, en este tipo de situaciones olvidar el desayuno, pasar un poco de hambre y tocar la guitarra para matar el tiempo ¿Cuál es la canción ideal para una situación así? The house of the rising sun misma que todos hemos oído en la versión de los Animals; aunque no les pertenece a éstos -en realidad no le pertenece a nadie- será por eso que uno se siente bien al tocarla en la guitarra. Pareciera que se está tonteando con los acordes hasta que se llega a la parte de que dice "Oh mother, tell your children. Not to do what I have done. Spend your lives in sin and misery...". Y ahí no hay termómetro que valga.

No obstante si llega la noche y aún tus pies no se calientan, tal vez lo mejor sea oír algo menos triste y más tropical. Recordar que uno de los síntomas de la hipotermia es el de sentir calor en los últimos minutos antes de morir, entonces mejor hacerlo mientras se oye a Caetano Veloso tocando un medley de ensueño: primero una canción brasilera tradicional, luego el hit de Michael Jackson y la cereza viene con el coro final "Ah, look at all the lonely people". 

Si el clima invernal amaina puedes salir al parque que está repleto de árboles altos, rectos casi sin hojas puro ramas; posiblemente sean álamos, pinos o eucaliptos. Todos ellos fantasmales. Entonces el sol calienta un poco y oyes a El Kinto, una banda uruguaya que pasó a la historia por varias razones: inventar una palabra y un género, el candombe beat. Candombeat, es decir psicodelia tamizada por el Río de la Plata. También este grupo es recordado por contener en su formación a Rubén Rada y Eduardo Mateo; algo así como los Lennon y McCartney versión yorugua. No puedo decir más salvo recomendar su disco Circa 1968 para comprender de qué va el asunto. 

El día del regreso a casa suenan dos canciones, una de Nina otra de Violeta; la primera un blues para acompañar la imagen de los grandes carteles publicitarios con la foto de Suarez o Godín que ofrecen todo, desde cuentas de ahorro hasta comida para perros y la segunda para comprender que la mediterraneidad está presente sin importar el lugar donde uno vaya, no hay nada como el caos vehicular de las 8am o un buen sillpancho. 


Cabos sueltos

Los cabos sueltos vienen con puro recomendaciones que hizo Spotify acertando en el blanco uno de cada cinco. Empezamos con Carry the zero de Built to spill, una banda indie noventosa que siempre va cambiando de miembros alrededor de su creador y mente siniestra-maestra Doug Martsch cuyo enfoque ha sido ese, el de no quedarse con una formación estable y siempre apuntar al cambio que en muchos casos le ha funcionado a la perfección, como en este álbum, pero de seguro hay pifies para el olvido en contrapartida. Armar una banda no es fácil Doug.

Sun kil moon es el nombre tras el cual se esconde Mark Kozelek con una voz melancólica que a ratos roza algo parecido a un rap en cámara lenta y a ratos a un poema acelerado. Es fácil imaginárselo en su performance acompañado de gesticulaciones con las manos y manteniendo el ritmo de la guitarra con su pie izquierdo. Ben's my friend se encuentra dentro de Benji, uno de los mejores discos en su carrera y del año 2014 según la célebre revista rockdelux.

Esta playlist cortita pero al punto acaba con una onda disco de 3am, ideal para bailar con máscara de hombre lobo cuando ya no queda nadie en la dance floor. La banda sonora para tal fin es Switch de Cass McCombs. Así que baila mientras dura la canción y luego regresa a casa solo y cansado, duérmete en el bus, erra el camino de regreso y despierta en alguna playa del Atlántico, porque así es como debe ser la vida de un turista.

Extraño un Schweppes-Schnapps. 

Aguante Peñarol.


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