viernes, mayo 22

Desde la oficina



Escribo este post, ocultado en el fondo de mi nuevo y elegante escritorio de cuero negro, estando alerta a cualquier ruido que signifique el regreso de mi supervisor que seguro esta en una de sus reuniones ultra secretas y súper importantes (jugar cacho, loba o póker); hasta que el vuelva puedo fumarme un cigarrillo que no termine ayer y prender el mp3 para respirar algo de esos viejos tiempos. Tengo un trabajo


Mi ocupación radica en ir codificando encuestas de lunes a viernes en horarios de oficina con esporádicos breaks para ir a comprar chocositos (el verdadero nombre no me lo sé) o el equivalente al ya extinto maysoy, cuento con una fría y súper iluminada oficina; y si estoy con suerte puedo hacer uso del asiento con rueditas y con apoyador para los brazos pero si es un mal día me quedo con el viejo y pequeño asiento oxidado; tengo un "manual del buen codificador" con dibujitos explicativos para todo tipo de situaciones: "usted debe agarrar el lápiz de ésta forma, usted debe buscar el código de aquella forma y en caso de no encontrarlo no pierda la calma, serénese y respire por tres segundos que ya vera que el código aparece así nomás"





Y de esto ya va un mes y medio, códigos por todas partes. Y yo que tengo una memoria muy escasa ahora sé que la rama de la construcción es el código 5000 y que las ventas al por menor es 6310 (aunque dudo un poco de este último). Me he despedido de los surreales insomnios hasta las 3 am y de las dulces siestas de las 4 de la tarde; ahora tengo amaneceres violentos (porque mi despertador dejó de funcionar después de tantas caídas) e intermitentes siestas mientras voy en el bus. Soy parte del sistema.

En cuanto a los sueldos, la descarada risa de mi supervisor ya me lo dijo todo, así es que deberé esperar un mes o tal vez diez para comprarme: un nuevo par de audífonos, una guía musical de Pink Floyd, una arma de destrucción masiva y participar en una subasta en internet por algún tema ultra inédito de The Beatles.

A lo lejos oigo el ruido de una cierra eléctrica, debe ser mi supervisor que tuvo un mal día y piensa desquitarse con mi elegante escritorio de cuero negro.

Beto
Pd.- Cualquier semejanza con hechos reales es mera coincidencia (denme un ascenso)