lunes, mayo 23

Tinnitus VIII: Invisible en vivo Teatro Coliseo 1975 - Un viaje de las tinieblas a la luz

 


Invisible en vivo es el resultado de ese ejercicio arqueológico consistente en recuperar viejas grabaciones,  en este caso el de desenterrar las dos presentaciones realizadas en el Teatro Coliseo allá por noviembre de 1975. La banda (Luis Alberto Spinetta en voz, Héctor "Pomo" Lorenzo en batería y Carlos Alberto "Machi" Rufino en bajo y coros) se encontraba en ese entonces en las puertas de lo que se conocería después como Durazno Sangrando.

El disco cuenta con una notable tarea de producción a cargo de Carlos Melero, el cual presenta a las canciones dotadas con un halo de naturaleza oscura —algo acorde a la tapa del disco— de tal manera que la banda le estuviera cantando al vacío, a la nada existencial. La participación del público es muy limitada, casi inexistente, y este tal vez sea un aspecto en falta ya que se eliminaron las célebres idas y vueltas entre Spinetta y su público, una relación a ratos conflictiva pero intensa, como ya se apreció en —otro rescate arqueológico de hace dos años atrás— aquellas presentaciones de Artaud en el Teatro Astral.   

Entrando ya de lleno en los temas, el disco comienza con sus intrincados arpegios y la voz de Spinetta que parece colgar de finos hilos transparentes, mención aparte a la batería de Pomo que a lo largo de los cuarenta y cinco minutos va a sonar urgente y preciso, sobre todo en el palpitar de “… si tu  ser estalla, será tu corazón el que sangre”. También habrá tiempo para la instrumentación virtuosa en “Azafata del tren fantasma” y “El diluvio y la pasajera”, donde se desarrollarán temas en corte progresivo, porque Invisible tiene esa característica que lo hace fantástico: el transitar de un estado a otro con relativa facilidad, una amalgama casi perfecta entre temas acústicos pasando también por el  jazz y hard rock, todo esto realizado por tres tipos en la mejor etapa de sus cualidades musicales.

Para este concierto el Flaco —gran admirador de Hendrix— utiliza un pedal de distorsión, aunque no en plan de vuelo psicodélico apuntando al desborde, sino en la creación de un algo que se construye y evapora lento, delicadamente, acorde por acorde. “En la música lágrimas se dan. Se da y es así”.

Lamentablemente el álbum solo cuenta con siete canciones, se sabe que hubo más, en Youtube se puede encontrar un registro amplio; sin embargo lo que se tiene sirve para ubicar el resplandor dejado alguna vez por una banda llamada Invisible, el sentimiento tiene que ser igual a encontrar restos de la Atlántida o quizás el metacarpo y las falanges del mejor guitarrista de estos lados.

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